Siempre se ha dicho que una característica propia del venezolano es su sentido del humor, ese que le hace sacar un chiste incluso en la adversidad, ese que le ayuda a sobrellevar sus penas. Es que en el ADN del venezolano está incrustado eso de "al mal tiempo, buena cara" pero ¿es realmente una virtud? o esa ligereza con la que afronta los problemas es el defecto más grande de este gentilicio.
Para nadie es un secreto que Venezuela atraviesa un momento crítico en su historia, sin embargo, lo que me invita a escribir hoy es el tema de la inflación, devaluación y la entrada en circulación de una nueva familia de billetes (del hasta hace poco bolívar fuerte). No soy un experto en materia económica (ni pretendo serlo), pero es muy difícil tapar el sol con un dedo, la gran mayoría de venezolanos debe "patear la calle diariamente" para poder sobrevivir en un país en el que cada vez el poder adquisitivo se encuentra "contra las cuerdas" y en "cuenta de 3 y 2".
¿Pero que tiene que ver todo esto con el sentido del humor del venezolano? Sencillo, esa capacidad de sacar un chiste de cualquier cosa, llevó a inundar las redes sociales de imágenes de los nuevos billetes que comenzarán a circular, desde el punto de vista jocoso. Así se podían apreciar sobre el nuevo cono monetario frases tales como "cuando le das la tarea a un amigo y le dices que no la haga igual", "bolívar saiyayin" y un sinfín de comentarios afines.
Pero todo no termina allí, antes de la entrada en circulación de estos billetes (la cual se iniciará solo en dos ciudades claves del país y, paulatinamente en el resto del territorio) el presidente ordena la salida de circulación del billete de cien bolívares (el de mayor denominación) en 72 horas. La reacción no se hizo esperar y otra vez fue a manera de chiste.
Por eso me pregunto nuevamente ¿Es realmente una virtud o un defecto el sentido del humor del venezolano?